EL REFUGIO
¿Quién no ha querido conseguir un lugar seguro, inmune, único e
intocable? Todos en algún momento hemos querido tocar “base” ese punto a salvo, donde la vida, sus vivencias, sus cosas
cotidianas no nos afectan. Qué bonito
seria se existiera.
La verdad es que tenemos que
buscar muy dentro de nosotros esa base segura, ese pilar donde abracemos el
lugar de salvación, vivimos una vida donde el ajetreo, las cosas del día a día
que nos mueven como si estuviéramos en una barcaza donde estamos montados y nos
lleva a navegar por un mar revuelto.
He buscado por mucho tiempo donde
esta esa aldea, o esa parte de la orilla de una playa donde estamos a salvo,
les cuento que no la he encontrado, busco desesperadamente donde puedo sentirme
seguro, NO HAY SEGURIDAD NI PAZ, en serio no la hay.
Somos nosotros quienes la
labramos, donde tejemos una capa invisible donde creamos una formula
impenetrable donde somos odiosos ante los demás, nos podrán incluso como
odiosos, insensibles y hasta inhumanos, pero es nuestra barrera de protección,
lograrlo no es fácil, pero si se puede.
Yo estoy trabajando en ello, en
poner límites, en crear un cerco eléctrico virtual, hasta donde acepto las
demandas de los demás, donde no me toquen mi paz como un epicentro sagrado,
cada quien tiene su vida, sus objetivos, pero ¿y los míos? ¿Hasta dónde ellos,
los demás están dispuesto a aceptarlos?
Vive tu vida, no te canses de conquistar tu espacio, sobre todo cuando
te falta más vida por vivir que lo vivido, cuando estas más cerca de la puerta
de salida que de la entrada.
Tu refugio, muy dentro de tu alma
es sagrado (lo
repito) acéptalo y protégelo, desde tus recuerdos, tus vivencias y
tus planes futuros, eso es lo que te queda, así te critiquen, ellos (los otros)
seguirán su vida y solo serán un ancla en tu andar.
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