Las arrugas de mi vida

Éste post lo escribo sin publicarlo en mis redes, no por ser especial, sino porque es muy mío y veré si lo leen no por promoción si no porque a la gente le guste lo que yo escribo.

Hoy me miro al espejo y no veo al mismo hombre de hace años, si no un nuevo hombre, más maduro (por no decir viejo) con profundas vivencias y con mayor historia, vivo a diario viendo a ese hombre, que muchas veces desconozco, porque me siento por dentro aún muy joven, a veces voy de un lugar u otro y les digo a otros “gracias señor”, no saben que por dentro me siento aun diferente, extemporáneo para mi época.

Veo todo el tiempo a mis amigos en las redes y muchas veces me toca decir (a mis adentros) wao qué cambiado está, el tiempo no ha pasado en vano y por momentos reflexiono que de igual forma ellos me miran, diferente, más viejo, más cambiado, con más arrugas, con menos pelo, con mis facciones básicas cambiadas de como las recuerdan, sé que al igual que yo  me recuerdan como era antes, antes de mi camino, de mis luchas, de mis combates duros, incluso de lo que ellos ni se imaginan, igual ellos deben haber librado sus batallas; Lo cierto es que el tiempo inexorable avanza, avanzó en mí y en ellos, algunos tendremos más medallas insignificantes en el pecho, otros abrazan sus logros como grandes tesoros de su vida, lo que para mí es nada, para ellos mucho y viceversa.

¿Que tenemos en la mano y el pecho, más allá de lo que vemos en espejo? Gran pregunta, es casi imposible de descifrar, porque cada cabeza es un mundo, lo cierto es que al igual que estar montado en una escalera eléctrica que nos lleva a otra dimensión TODOS estamos montados en esa bicha, que nos traslada todos los días varios escalones más ¿A dónde? Quien sabe, lo cierto es que, aunque intentemos escapar está allí, no podemos bajarnos.

Yo suelo hacer una terapia diaria, recordar mi camino, lo recuerdo todo, desde mis logros hasta mis fracasos, mis momentos bonitos hasta los más feos, pero los vivo y revivo, buscando desesperadamente no olvidarlos, son mi biblioteca personal, todos los días entro, me consigo con un cuarto virtual lleno de libros, separados por años, clasificados perfectamente, me doy el lujo de escoger cual hojear, los recuerdo a colores, con olores, con tonos, con dulces fragancias, con sus matices, los hago míos como cuando los viví, he aprendido a revivirlos en silencio.

Jamás pensé que me reiría de mis errores, incluso de aquellas cosas que en su momento me parecieron tragedias en mi existencia y me digo “¿Ves que ahora son nada?” en aquel instante me parecían el fin del mundo; Dios con su sabiduría infinita se imponía diciéndome “el tiempo de Dios es perfecto, MI TIEMPO ES PERFECTO siempre odié la frase “dale tiempo al tiempo”, siempre me auto califique como un controlador de mi destino, pero en verdad Dios tiene el control y él sabe porque me hizo pasar en su momento ciertas vivencias duras, ahora entiendo que ellas solo me preparaban para algo mejor.

Hoy veo mis arrugas, mi rostro es diferente, no soy de cara a la gente el mismo de antes, pero mi voz sigue siendo la de un joven, me siento un “chamo” (como dicen en mi Venezuela), vivo todos los días un reto en mis empresas, en mi familia, con mis amigos, no paro de aprender todos los días, consiente que nada de ello me lo voy a llevar cuando el señor me llame a habitar en su paraíso (si es que tengo ese honor), pero porque desperdiciar el tiempo que tengo cuando puedo hacerlo de forma útil, sobre todo si me lo gozo y lo disfruto.

Soy músico, poeta y loco, para colmo programador, lo que me hace aún más creador, convierto lo etéreo en posible, lo intangible en beneficios y forma de actuar a otros; No hay un día que no le dé gracias a Dios por la obra que plantó en mí, es tan bonita, tan diferente, tan contemporánea, que cuando veo en este momento de crisis para la humanidad, como todo gira en torno a lo que vengo haciendo desde hace años, me siento bendecido, mi empresa es justo de ese tipo que aun en la adversidad pueden subsistir, proyectarse y crecer, en verdad no puedo quejarme, sería injusto.

Mi arrugas en la cara siguen allí, aprendo a convivir con ellas, aprendo a amarlas y aceptarlas, mi sonrisa sigue intacta en mi alma, mis momentos de gozo, dentro de mí sigo viendo el joven soñador de 18 años, que quería comerse el mundo, con las fuerzas intactas, solo que ahora intento de forma consciente  dejar un legado, algo que quede para futuras generaciones, mucha gente escribe un libro, siembra un árbol, yo dejo un  SOFTWARE, empresas, sueños, comunidades, Honor, unas ganas bonitas por hacerlo bien, el sueño de ser inspirador para mis hijos y futuras generaciones. Hoy mis arrugas no cuentan, si no lo que he hecho.

Muchos pasan desapercibidos, siento que yo no, que lo estoy haciendo bien, que lo hice bien y tengo muchas ganas por seguir haciéndolo bien. Seguiré en mi afán, daré lo mejor de mí, rogaré todos los días por más creatividad, por más pasión, por más fuerzas, por menos desánimos, por más salud y porque las ganas de soñar estén presentes en mi camino.

¿Cómo quiero ser recordado? Como un soñador que no paró de soñar a pesar de sus arrugas. Y llevar a cabo sus sueños, ayudar a mucha gente, hacerlos grandes por sus méritos no por mí, sino porque dentro de su ecuación de vida tienen un pedacito de mí. Eso me basta.

Amen

#Nodgard Miguel Seguias Borges

#09-02-2021


 


 

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