Querer, poder, tener
Este encabezado que parece ser una dicotomía,
es un debate eterno en nuestra mente, al menos en la mía, cada vez que voy a
proceder me pregunto: ¿lo
quiero? ¿lo puedo tener? ¿lo necesito?
Ello me ayuda a no ser tan compulsivo,
el hecho de tener los recursos para adquirir o vivir algo suelo cuestionarlo si
en verdad lo necesito, que aporta a mi vida, me lo pregunto siempre.
Hasta hace poco decía “yo me lo merezco” ahora no, desde mi
conciencia lo cuestiono, me hago una autocrítica y digo ¿en verdad esto lo
voy a usar? Solo si no tiene cabida o usabilidad no lo compro, no lo sumo a
mi día a día y simplemente lo suelto.
TODOS tenemos una alta cuota de
impulsividad, bajo todas las excusas posibles, si no pues nos las inventamos,
pero tomate un tiempo para hacerte las tres preguntas del encabezado del post.
Leí que si puedes postergar
tu impulso por 7 días y luego de ese tiempo aun tienes las ganas de hacerlo
pues hazlo, me ha resultado.
Esto aplica a todo, desde comprar,
hasta decisiones, emociones y definir la ruta de avanzar, es que a veces nos
encaminamos en función de un impulso, rabia, despecho o que se yo; Las
decisiones deben ser desde el consciente.
Mi amigo y socio Humberto Soto, ha
trabajado éstos últimos años en enseñarme que mis decisiones, comentarios y
estrategias incluso gerenciales desde la directiva de mi empresa, no sean viscerales, eso se traduce a que vengan desde mi cerebro y
no desde mi estómago o impulso, me ha costado un mundo, pero lo he asumido
en parte y sigo aprendiendo.
La invitación es a que seamos conscientes de lo que hacemos que no gobierne el ímpetu o peor aún las influencias de
otros, sus comentarios mal sanos, que seamos críticos, objetivos y sinceros con
nosotros mismos, sobre todo evaluar las consecuencias de nuestras decisiones,
tenemos el timón del barco, se enrutará a ese mando, no lo lleves a estrellarte
contra el risco. Llévalo a buen mar abierto, que todo sume. Por el bien y para
tu bien. ¡Piénsalo!
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