
LA TAPA DEL PIANO Son muchas las veces que cuando viajo a Venezuela, donde tengo el privilegio de tener un piano de media cola MIO y lo destapo , muevo esta tapa y coloco su soporte para que me hable, es casi sistemático, llego y voy directo a destaparlo, a quitar la sábana que lo cubre (que le puso mi señora madre) , es como la misma sensación que uno siente cuando abre un regalo de navidad, lo vivo y revivo en cada viaje. Amo destapar ese negro (así lo llamo), ver sus teclas intactas para mí, como esperándome, invierto en su afinación antes de mi llegada, llego a Venezuela y me encuentro con ese objeto que ocupa gran parte de la geografía de mi sala-comedor, está allí , casi no lo disfruté porque me vine a Panamá apenas a meses de comprarlo, de vivir la travesía de subirlo a un séptimo piso, y armarlo, llegó desde Caracas para mí, sin saber ni reconocer su grandeza, inevitablemente llegó desafinado, desarmonizado, pero tuve muchos aliados que le dieron forma. Llego ese “mueb...