EL TRAJE
Todos
fabricamos en su momento un traje, un vestuario y hasta podría decirse
que un disfraz, algunas veces para incorporarnos a la sociedad, otras veces
para inspirar perfección o motivación, para ser un ejemplo a terceros, que van
desde nuestra familia y más.
Los
actores de cine o novelas tienden a perder su esencia porque entre representar
tantos papeles tienden a confundirse y asumir posiciones y posturas de los personajes
que desempeñan, Diego
Boneta, quien hiso de Luis Miguel en su serie de Netflix© hablaba de
ello, contaba que a veces salía con sus amigos y de repente ellos le decían “oye,
estas hablando como Luis Miguel” y el caía en cuenta que no lograba desprenderse de ese rol
que le tocó actuar.
En
mi caso tengo muchos “trajes”,
como padre, esposo, amante, director de empresa, líder, coach, terapeuta,
musico, productor musical, amigo, hijo, hermano, etc. Entendí con el tiempo que
son solo papeles en esta obra magna llamada vida.
Me
ha tocado prepárame en todos y cada uno de esos roles, en una lucha titánica para
hacerlo bien siempre, sin duda buscando aprobación, aceptación y ¿porque no?
desde el ego buscando aprobación, reconocimiento y aplausos. Con el tiempo también
me agoté de eso.
Estoy
leyendo un libro llamado “Aprende el arte de...
mandar todo a la m.” de Ruibarbo,
Maya, donde explica que debemos dejar colgado esos trajes y vivir la vida
desde nuestra óptica sin joder a nadie, evitando siempre el que dirán, o
si lo aprueban o no y es que pasamos la vida construyendo ese personaje que vean
todos como bonito y esplendido, porque en el fondo pensamos que le importamos a
los demás pero dolorosamente la realidad es que no es así; La gente
tiene su propia vida, no
se centra en nosotros, creemos erróneamente que la existencia es
como una obra de teatro con un público grande espectador sentado en un teatro
observando nuestro obrar como la película más importante, que equivocado
estamos.
Es
como un despertar, la vida es UNISONO, no son acordes de triadas, séptimas,
octavas ni nada de eso (musicalmente hablando) naces solo, te acompañas
en el trayecto de otras notas (el público) pero no son tuyos, ni tu de ellos, solo te
acompañan, con o sin intereses, pero están allí, en mismo vagón del tren ¿Pero sabes
qué? Si te bajas te extrañan por ratico y luego el tren sigue su camino.
Mi
consejo: Deja de
ponerte trajes para simpatizar o ser empático, póntelos solo si te
ves bien tú, porque te gusta como te sientes, como vives, la obra de teatro personal tiene un solo asistente TU,
si lo demás lo ven que chévere, si los demás te aplauden, bien,
no debes bailar al son de los demás, sin perder la perspectiva de la sociedad y
tu integración en la misma, si no pues te conviertes en un ermitaño aislado,
pero no busques aprobación, solo la tuya.
Ponte tus trajes según tu conveniencia y
proyecto de vida super personal
#nodgard
#13/07/2024
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