EL TEMA RELIGIOSO
Nada más polémico que ese ámbito, es tan complejo que de seguro la gente se divide de forma natural en función de sus creencias.
En mi caso soy de los que piensan que las diversas religiones son como los diversos caminos o rutas que consigues en GPS o WAZE, para llegar a un sitio, pero todos los caminos te llevan a tu destino que es Dios.
Es decir, siempre podrás optar por los argumentos, creencias, simpatizas con tus valores, pero lo cierto es que de alguna forma te CONECTAN con el destino que es Dios.
Suelo respetar todas las creencias, pero si apuntan al padre celestial entonces son válidos, pero si te llevan a otros “caminos cortos” entonces puede que no sean tan sanos como la deidad en la cual creas te muevan.
Dios es como un sol en el amanecer, si te guías en ese camino lo persigues desesperadamente y con fe, pero si adoras otros Dioses, la cosa tiende a complicarse, sobre todo si los desligas del camino que te lleven a un solo Dios.
Yo soy un duro crítico del fanatismo, en todos sus aspectos y presentaciones, desde el deporte hasta la religión, me incomoda llegar a un sitio o conversar en un grupo donde solo se hable con pasión (extraña) de un tema, es que hay fanáticos que solo hablan de su religión y redundan en el tema sin dar permiso a otros temas, me incomoda y tiendo por alejarme de ese “grupito”
Desde el grito o frase “aleluya” hasta otras frasecitas, que fastidian, soy creyente de Cristo, de Dios, pero carajo todo el tiempo hablar solo de mismo me agota.
En Resumen, creo que la religión es algo tan íntimo, tan privado que no tienes por qué publicarlo, divulgarlo y menos aún buscar seguidores, como quien tiene que armar un multinivel de las almas que reclutas, pensando no sé qué beneficio te trae, como si sumas seguidores entonces llegas más rapidito al cielo, que mal y que creencia más pendeja e injusta.
Cree en DIOS, como tu único camino, si usas los sub. Gerentes bien, es válido, pero por Dios deja que ser un pastor gratuito, el mensaje, la necesidad, el vacío del alma hace que cada quien se llene del espíritu santo, sin tener un reclutador de oficio o un orador – pastor que te lleve de la mano a una nubecita que está cerquita del cielo
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