Nodgard Seguias

TRAVESIA   Cada viaje es una experiencia, cargada de expectativas de lo que soñamos que ocurra, lo planificamos, lo visualizamos , en mi caso hasta lo endoso la divinidad para que todo salga bien, incluso suelo pedir conseguir que a mi regreso que t odo esté en mi origen mejor que como lo dejo .   Me encomiendo al universo para que me dé la sabiduría de ver y caminar sobre aquello que debo conseguirme para hacerlo lo mejor posible.   Antes, recuerdo que viajar era una exper iencia emocionante , ahora solo ansío llegar , es una variante, porque lo que anhelo es pisar la tierra a donde voy, pasar los procesos cotidianos , desde migración , aduana y más . Que todo sea a mi favor.   No es que me lo gozo , es que lo mejor está después de esos tanto s aviones y transbordo, ya no le brindo atención por ejemplo a estar en la ventana, prefiero el pasillo, para ir al baño sin entorpecer al otro pasajero.   Incluso ya no tengo expectativa en lo que ofrece el vuelo porque cada vez es menor

LA VEJEZ   Es un momento inevitable , algo que por más ganas que le pongamos jamás podremos evadir, llega como una PUTA escalera eléctrica donde ascendemos sin parar.   Lo que nos queda es lo vivido, la historia, los momentos, los “Presentes” esos mismos instantes que solemos ignorar sin darles la justa importancia que tienen, es que somos tan tontos que nos cr eemos eternos, como si las preocupaciones, las deudas, los pesares fuera algo que están estampados en nuestra piel como tatuajes ¿Pero sabes algo? Todo es etéreo .   No hay forma de evitar el paso del tiempo, luchar es estúpido , pero es que nosotros solemos pensar que la vida es un todo, pero la vida es el presente, lo que vives hoy, claro cuando envejecemos lo entendemos.   Un día somos jóvenes, pensamos que la vida es sencilla, pero luego vemos y vivimos que no es así, somos y tenemos un arsenal de recuerdos, que nos acompañan justo allí , donde estamos pensativos, donde no invitamos a nadie a recordar, donde nadie c